Día Internacional del Tripulante de Cabina

15.05.2015 20:42

En todo el mundo se celebra el Día del Tripulante de Cabina se tomó este día, en homenaje a Ellen Church, considerada la pionera de las aeromozas. Sonrien y callan las vicisitudes y complicaciones... Sin embargo, eso no puede ni debe dejarnos olvidar que es un trabajo que requiere mucho esfuerzo , dedicación, estudio y sobretodo buena predisposición. Es ese amor a la función que dejan fluir en cada sonrisa, y en cada palabra, lo que las hace más fuertes, más dignos y más responsables.

Cuenta la historia que la línea aérea de Holanda, KLM, fue la primera en contar con tripulantes de cabina. Estos eran de sexo masculino y fueron contratados en 1919 con el propósito principal de relevar al copiloto, que hasta entonces tenía la responsabilidad adicional de atender a los pasajeros: servir café, bebidas y comidas. Al crecer el transporte de pasajeros y correspondencias tan rápidamente, aumentaron los vuelos. Fue en 1930 que Steve Stimpson director de tráfico de Boeing Airtransport en San Francisco (EE.UU.) consideró la idea de contratar personal extra para cubrir funciones como auxiliar de vuelo, atendiendo a los pasajeros, dándole seguridad y confort. Con el propósito visitó a una enfermera llamada Ellen Church, quien estaba muy interesada por la aviación. Las muchas dificultades que había para que una mujer sea piloto hizo que Hellen sugiriera al señor Stimpson la posibilidad de contratar una enfermera como tripulante adicional para prestar servicio auxiliar a las personas. Y fue Ellen Church quien creó las primeras reglas y condiciones de la nueva actividad. 

Una azafata o aeromoza, formalmente Tripulante de Cabina TDC, es un miembro de la tripulación que tiene como misión principal la seguridad de los ocupantes de la aeronave y como segundo la comodidad de los pasajeros de las aerolíneas. Ciertamente, este carácter de asistente en el viaje tiene un rol similar en los demás sistemas de transporte, tales como en los barcos, en el que puede ser la aeromoza o sobrecargo de crucero o como el asistente de coche de pasajeros en ciertos trenes de largo recorrido y que se encargan de atender los coches cama, por ejemplo. A los asistentes de vuelo en los aviones se les denomina Tripulantes de Cabina (TDC). También existe entre ellos el "Jefe de Cabina o Purser", que es el TDC al frente de la tripulación de cabina de un avión, y los 2Tripulnates de Cabina de Galley" responsable del servicio a bordo. 

Indicar medidas de seguridad. Servir la comida. Parece tan sencillo. Pero, en realidad, la tarea que cumplen a 12.000 metros de altura y cerca de 1.000 kilómetros por hora exige rigurosa capacitación. Y alto espíritu de servicio. Hoy pueden estar en Caracas, mañana en Madrid o Bogotá, pasado mañana en Buenos Aires o Cuba, otro día en São Paulo. A simple vista el trabajo de los Tripulantes de Cabina sugiere una aventura sin fronteras. Y, en realidad, ellos admiten ventajas frente a las labores tradicionales. "Nunca resulta aburrido, menos rutinario", dicen al unísono. Pero, en el fondo, reconocen que se trata de una profesión con riesgos y sacrificios.

"Hay que estar preparado para afrontar situaciones peligrosas, pero cada año tienen cursos de refresco para actualizar todas las instrucciones. Por suerte, la aviación es un medio de transporte muy seguro". Vocación de servicio, amabilidad y optimismo son cualidades que indefectiblemente debe tener la auxiliar de vuelo. "Para ser habilitados como tripulantes de cabina deben aprobar aproximadamente 17 materias, entre ellas cursos de primeros auxilios a fin de estar capacitados de atender desde un dolor de oídos hasta una fractura. Y lo más importante es conocer los equipos de emergencia, dónde están localizados y cómo se utilizan". Cinturón de seguridad. Las normas de vuelo son siempre recordadas a los pasajeros. 


  Felicidades en su dia!

Exigente capacitación

Ser Tripulante de Cabina  no es tan fácil como aparenta. En principio, èl o la candidata debe tener buena presencia física y manejar idiomas. Y varias y rigurosas son las pruebas que superar. Empieza por un chequeo médico completo: electrocardiograma, encefalograma, panorámica dental. Aprobar exámenes físicos y cursos de primeros auxilios, supervivencia en condiciones extremas, atención al pasajero. Realizar simulacros de amerizaje que incluye evacuación en el agua, evacuación de emergencia del avión. El curso de formación dura seis meses: tres se dedican a la parte teórica y otros tres a prácticas. Una vez por año se realizan cursos de refresco para actualizar técnicas de procedimientos.